
Si te has decidido a instalar una piscina en tu jardín, te habrás dado cuenta de que existe una gran variedad. Para saber cuál es la más adecuada, hay que tener en cuenta qué tipo de material se ajusta a nuestras necesidades. A continuación, te explicamos los diferentes modelos que hay.
Piscinas de obra o de hormigón
Para construirlas se hace un vaciado en el suelo sobre el que se proyecta el hormigón. Una de sus ventajas es su durabilidad, ya que son muy resistentes. Sin embargo, hay que tener cuidado de que no haya fugas ni pérdidas de agua o de presión. El precio es un poco más elevado que las otras opciones, sin embargo, su coste de mantenimiento es más barato.
Piscinas prefabricadas
Las más habituales son las piscinas de poliéster o fibra de vidrio reforzado, que van colocadas en el orificio donde se colocará la estructura. El proceso de montaje es mucho más fácil y rápido. Una de las desventajas es que no se puede pintar, ya que se acabará escamando y desprendiendo. Para darle buen aspecto, hay que aplicar un tipo de resina con mano de obra especializada. Afortunadamente, existen diferentes modelos y son una opción económica.
Piscinas desmontables
Son las más baratas y fáciles de colocar. Una de las desventajas es que no son tan duraderas ni estables como las piscinas fijas; sin embargo, puedes ahorrar espacio cuando no la necesites en invierno.
Piscinas elevadas
Las piscinas en altura se adaptan a cualquier espacio y desnivel del terreno. Son totalmente personalizables, ya que para su forma, tamaño y equipamiento el límite es tu imaginación. Además, tienen la durabilidad propia de una piscina de obra y puedes elegir el revestimiento y el alicatado exterior.
Piscinas de arena
Son aquellas cuya estética nos recuerda a una playa. Aunque son preciosas, no son baratas, y es necesario utilizar arena compacta para que su limpieza sea sencilla. Además, este tipo de arena es antideslizante, lo que es ideal para niños y personas con movilidad reducida.
Piscinas desbordantes
Se llaman así porque el agua desborda por uno o varios lados de la piscina y se recupera en canales. El mayor inconveniente es su costoso mantenimiento y el elevado precio de instalación.