Si has oído hablar de la cloración salina pero no sabes muy bien en qué consiste, o no sabes si es adecuado para tu piscina, sigue leyendo y resolvemos todas tus dudas.
La cloración salina es un proceso que consigue limpiar el agua de la piscina y mantenerla en perfectas condiciones de baño durante mucho tiempo. Se produce a través de un clorador salino, un aparato que transforma la sal en cloro mediante un procedimiento natural llamado electrolisis.
El clorador salino funciona conectado a la depuradora y a la corriente eléctrica, y consigue mantener el agua limpia, además de tener otras ventajas adicionales que te contamos más adelante.
A comienzos de la temporada de baño se echa la sal directamente al vaso de la piscina, en la cantidad recomendada según el tamaño de la misma y el uso que le vayas a dar.
Una vez has puesto la sal en el agua llega hasta el clorador, que descompone sus moléculas para obtener cloro y limpiar el agua mediante la electrólisis. Después las moléculas de cloro de la sal se vuelven a unir y el procedimiento comienza de nuevo.
Una duda frecuente es si el agua está salada como la del mar. No es así, ya que la concentración de sal en el agua es muy baja. Por tanto no sabe a sal, ni deteriora las plantas de la zona de la piscina, ni mucho menos los materiales de revestimiento.
Ventajas de la cloración salina
- Es uno de los sistemas más eficaces para mantener el agua de tu piscina limpia y desinfectada.
- El cloro no se acumula en el agua, por tanto, no quedan residuos ni restos de sustancias químicas. El cloro procede de la sal, y no de productos químicos agresivos como sucede con el cloro tradicional.
- La cloración salina no irrita los ojos ni la piel, ni estropea el pelo. De hecho, el agua no tiene ese olor característico de las piscinas de cloro. Es una opción más natural y saludable.
- El clorador salino es un equipo sencillo que se instala sin complicaciones. Además, es adecuado para todo tipo de piscinas, elevadas o enterradas, y del material que sean: gresite, gres porcelánico, poliéster, etc.
- Aunque al instalar un sistema de cloración salina debes hacer una inversión inicial, a medio plazo ahorrarás dinero, ya que no tendrás que volver a comprar productos químicos para limpiar el agua. Esto puede suponer un ahorro de hasta el 80% en el mantenimiento de la piscina. Por otro lado, el clorador salino va conectado a la red eléctrica, pero su consumo es mínimo.
- Es mucho más sostenible para el ecosistema. La electrolisis que descompone la sal y produce cloro para limpiar el agua es un proceso natural que no emplea sustancias perjudiciales ni contaminantes para el medio ambiente.
Desventajas de la cloración salina
- Es fundamental vigilar el pH del agua para que esté siempre dentro de los parámetros adecuados y el sistema pueda funcionar adecuadamente. Si el pH está demasiado bajo (menos de 7,2) el agua se vuelve ácida lo que puede provocar irritaciones en la piel y los ojos, además de deteriorar los materiales de la piscina. Por el contrario, si el pH sube demasiado (por encima de 7,5) el agua se vuelve alcalina y disminuye capacidad de desinfección del cloro, haciendo que esté sucia y se acumule la cal y las algas. La solución es instalar un clorador salino con regulador de pH. Este aparato hará las mediciones de forma automática y, si el pH sube, aportará al agua un ácido que reduce su alcalinidad.