Realizar el mantenimiento de tu piscina es una tarea sencilla, aunque no exenta de complicaciones. A continuación, encontrarás una pequeña guía con los problemas más frecuentes que pueden surgir y sus soluciones.
Después del baño tienes los ojos y la piel irritados
Esto tiene una explicación sencilla: el pH del agua está alto o bajo. Ten en cuenta que el rango adecuado es entre 7,2 y 7,6.
Otra posible causa es que la concentración de cloro residual libre esté fuera de los parámetros que se consideran adecuados, es decir, entre 0,5 y 2 partes por millón.
La solución es ajustar el pH del agua y también asegurarte de que la concentración de cloro no supera los 2 ppm. Haz las mediciones oportunas y añade el producto necesario para ajustar los niveles.
Huele mucho a cloro
Aunque las piscinas tratadas con cloro químico siempre desprenden un olor característico, cuando es muy intenso puede ser un problema. Normalmente se trata de un desajuste en el nivel de cloro del agua por un exceso de este desinfectante.
Para solucionarlo es necesario medir y ajustar los niveles de pH y de cloro. El cloro combinado o cloraminas no debe superar los 0,3 ppm. También es importante medir el nivel de cloro total y, si es demasiado alto, utilizar un neutralizador específico para eliminar el exceso.
El agua está verde
Claramente es un indicador de la presencia de algas, que proliferan con facilidad si no lo evitamos. Para dejar el agua limpia de nuevo tendrás que aplicar el tratamiento de choque que consiste en añadir más cantidad de cloro de lo normal para conseguir una desinfección rápida, y filtrar el agua hasta que esté de nuevo transparente. Posteriormente aplica un alguicida para evitar que las algas vuelvan a aparecer.
El agua no está transparente
Si el agua está blanquecina se debe a que hay una importante cantidad de materia orgánica disuelta en ella, desde restos de crema solar hasta sudor, aceites corporales, etc.
Suele ocurrir cuando el sistema de limpieza no funciona correctamente, si la piscina ha acogido a más bañistas de los habituales o cuando el pH se descompensa y los desinfectantes no actúan correctamente.
La solución pasa por hacer el mismo tratamiento de choque que te explicábamos en el apartado anterior. Una vez el agua esté limpia y los niveles de pH y cloro ajustados, tendrás que añadir floculante, un producto que agrupa las partículas de materia orgánica y hace que se depositen en el suelo de la piscina, para que puedas aspirarlas con el limpiafondos.
El agua tiene un color amarillo o marrón
Eso significa que tiene un exceso de hierro. ¿La solución? Una limpieza profunda de las paredes y el fondo de la piscina. Utiliza un limpiafondos y después realiza el tratamiento de choque, aplica floculante y vuelve a pasar el limpiafondos. Ajusta los niveles de pH y filtra el agua durante al menos 24 horas hasta que vuelva a estar totalmente transparente.
El fondo de la piscina está resbaladizo
Lo más probable es que hayan aparecido algas y que estas se hayan depositado en el suelo. Las algas verdes enturbian el agua y se adhieren a los revestimientos. Las algas marrones no suelen ensuciar el agua, pero sí se pegan a las paredes y al fondo
Para hacerlas desaparecer hay que emplear un tratamiento a base de alguicidas.
Se han formado depósitos de cal
Si vives en una zona de agua muy dura, lo ideal es emplear un tratamiento preventivo consistente en utilizar un producto antical en dosis menores que logre evitar estos depósitos de cal. Cuando estos ya se han producido, trata de eliminarlos con un tratamiento de choque basado en un antical.